lunes, 5 de noviembre de 2007

El cambio climático y Milo Abelleira

Como consecuencia del cambio climático o de un capricho atmosférico, el domingo futbolístico estuvo marcado por la presencia de un sol justiciero y generoso, que nos obsequió con una temperatura mucho más agradable de lo que cabría esperar ya entrado el mes de Noviembre. Aunque pudiera dar la impresión de que el año avanzara en dirección al verano, sucede todo lo contrario, del mismo modo que la Cultural no marcha precisamente por el sendero que conduce a las primeras posiciones.

Aunque el Burgos se presentaba en el Nuevo Antonio Amilivia por debajo en la clasificación, había logrado victorias sobre equipos importantes y tampoco estaban los locales como para excesivas confianzas. El partido se disputaba a las doce del mediodía, un horario inusual, inglés y que eso atrajo algo más de público del habitual al estadio. También había mayor presencia policial, en este caso propiciada por el grupo de aficionado desplazados desde Burgos y que en otras ocasiones diera lugares a incidentes inapropiados.


De alterar el guión acostumbrado se encargó el entrenador leonés, nuestro tío Milo, que no cesa en su búsqueda del once ideal que lleve a la Cultural a la dinámica victoriosa y la zona caliente de la tabla. Pero la tarea del entrenador gallego es compleja y sinuosa, similar a completar el cubo de Rubik. Es necesario deshacer alguna de las caras para acabar finalmente colocando los colores en el lugar que les corresponde. Claro está que, en el proceso, puede suceder que acabe uno peor de lo que estaba, con un caleidoscopio infame entre las manos y unas ganas enormes de lanzar el cubo contra la pared.



Si la tónica habitual de la temporada había sido poblar el centro del campo para intentar elaborar el juego y controlar la posesión (o eso había interpretado yo), frente al Burgos Milo Abelleira dio las riendas del equipo casi en exclusiva a Manolo Pérez, si tenemos en cuenta que el otro pivote, Diego Aller, tiene escasa presencia atacante. Caras novedosas en las bandas, ocupadas por dos jugadores poco habituales: David por la izquierda y Joselito por la derecha. Y una ración más abundante de lo habitual en la delantera, con la presencia de Addison y Oriol Riera.

Pero, desgraciadamente, la propuesta no produjo el resultado apetecido. A pesar de que el Burgos esperaba muy atrás y apenas presionaba la salida del balón, la Cultural Leonesa no encontró fluidez en el juego de toque y pronto comenzó abusar del balón largo. La única novedad que ofreció sensaciones agradables fue David Pérez, que protagonizó dos buenas internadas por su flanco en las que logró superar a su defensor y centrar con peligro. Mientras tanto, eso sí, el gol de Pedro García para los burgaleses ya se había ocupado de minar la frágil moral del equipo culturalista. El solitario 9 visitante logró zafarse de Fernando Martín y colocar su disparo por encima de Bermúdez, que no tuvo la brillantez de otras ocasiones a pesar de estar más desocupado.

Tras el descanso, el tío Milo movió ficha, 2, para ser más exactos. Recompuso la banda derecha con la entrada de Pablo Suárez y el cambio de posición de Oriol Riera, que cedió la suya inicial a Eizaguirre. No me parece que el costado sea el lugar más adecuado para Riera. Por ahí sí que hemos visto a Cristóbal más cómodo, con habilidad para encarar y crear dificultades a las defensas rivales, pero ayer sólo disfrutó de 45 minutos en el puesto de lateral, donde también cumple. Eizaguirre, por su parte, sí mejoró las prestaciones de Riera como segundo punta y suyas fueron las dos mejores oportunidades de la Cultural en todo el partido: la primera con un disparo raso y colocado desde fuera del área que el portero visitante logró rechazar y la segunda rematando un córner al segundo palo que nuevamente Xabier logró anular.

En realidad, el problema de creación que se había percibido en la primera mitad siguió siendo evidente. Manolo Pérez siguió igual de solo y desacertado. Ausente Chema, nadie más se atrevió a asumir el liderazgo del equipo. Para cuando entró Iván Mateo, el Burgos ya había conseguido el segundo gol. Las faltas y los corners se fueron sucediendo infructuosamente mientras el partido llegaba a su fin sin mayores contratiempos para el conjunto visitante, que no necesito de fuegos artificiales para hacerse merecedor de la victoria.

Si el tiempo se ha vuelto impredecible, esperemos que la Cultural Leonesa nos sorprenda con un buenos resultados en los próximos partidos, antes de que el termómetro de la clasificación siga bajando como lo suele hacer en el gélido invierno leonés que, suponemos, se avecina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quiero confiar en Milo, pero la verdad es que está haciendo cosas bastante raras...
Un conocido de Ourense ya me advirtió de sus manías, y por desgracia todo lo que me auguró se está produciendo.Desde los años que iba a pedir de contrato, hasta lo de colocar jugadores en lugares insospechados.

RBarrio dijo...

Creo que la idea con la que se ha hecho el equipo está bien. Tendrán que darle continuidad, porque los buenos resultados tampoco llegan de la noche a la mañana.