Las buenas historias suelen preparar la dinamita al comienzo y prenderle fuego al final. Cultural y Zamora, sin embargo, dispararon en el centro de la diana nada más iniciarse las hostilidades, pero fueron incapaces de lograr más tarde el tanto con el que ponerle la guinda al drama y conseguir los tres puntos en juego. El conjunto leonés hilvanó la jugada perfecta nada más sacar de centro: balón al espacio de Marín hacia Mena por banda derecha, centro raso desde la línea de gol, dejada hacia atrás de Viola que recoge de la Mata y remate inapelable del culturalista tras dejar sentados a dos defensores. El primero de la temporada fue un gol de categoría, pero la euforia apenas duró en el graderío. El Zamora aprovechó una falta cercana al pico del área para igualar el marcador con el certero remate de Iker Torre.
Habían transcurrido cinco minutos y el partido volvía a comenzar, aunque ya había quedado patente que sería una tarde de sufrimiento para las defensas de ambos equipos. Alberto Monteagudo decidió partir con los mismos personajes que habían caído derrotados frente al Eibar y los argumentos utilizados para buscar un mejor resultado fueron similares. Destacaron Marín y Mena, muy incisivos por banda derecha y también Viola: el canterano aún no ha visto puerta, pero sus prestaciones van en aumento domingo tras domingo.
A pesar de que la retaguardia zamorana daba muestras de vulnerabilidad, el dominio culturalista no se tradujo en un segundo gol. Llegado el segundo tiempo, las ganas de agradar y conseguir el primer triunfo de la temporada empezaron a pasar factura. La Cultu comenzó acelerada la segunda mitad y acabó atolondrada por las prisas y la precipitación. Aprovechando la frustración de sus rivales, el conjunto rojiblanco dispuso de varias situaciones claras de contraataque para asestar el golpe definitivo, pero se encontró con un inmenso Diego Calzado, protagonista inesperado, cuyas paradas evitaron el desastre para los suyos en la recta final del partido. Saliendo del banquillo intervinieron Yagüe, Chema Mato y Rubén Pardo, aunque su papel no fue más allá del de simples figurantes.
Visto lo visto en estos tres primeros partidos, parece evidente que, si bien el nuevo proyecto culturalista ha ganado en calidad con respecto a la temporada pasada, el acomplamiento de sus piezas aún está muy lejos de ser el necesario para mejorar los resultados. Quien más quien menos, ojeando la clasificación, habrá tenido la sensación de haber visto ya esta película.
domingo, 12 de septiembre de 2010
Un guión conocido en el Reino de León
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