Lo malo no es perder, decían antaño, sino la cara que se te queda. Perder con todo un Eibar, siendo realistas, puede entrar dentro de lo admisible; la imagen ofrecida por la Cultural en la segunda parte de ayer, sin embargo, es de las que invitan a pensar en otra cosa. Tras el gol de los azulgranas, en el arranque del segundo tiempo, los jugadores locales perdieron las ideas, las fuerzas y, lo peor de todo, dieron una lamentable sensación de impotencia a la hora de buscar la portería contraria. Durante muchos minutos antes del pitido inicial fue patente que el resultado era totalmente inamovible. Es por ello que, nada más señalarse el final del encuentro, los espectadores buscaron presurosos la puerta de salida, sin ganas de hacer comentarios, sumidos en la tremenda decepción de ver a los suyos perder en su primera comparecencia en el Reino de León.
Y la decepción fue tal porque la tarde había comenzado por otros derroteros. La Cultural saltó a su estadio sin complejos y con apetito de balón para medirse a un claro favorito al ascenso. Curro entró en el once titular y por fin vimos ese fútbol de combinación que pretende implantar Monteagudo. Gracias a la movilidad de los hombre de arriba y el buen manejo de Quique de la Mata y el propio Curro, las ocasiones comenzaron a llegar para el equipo local. Tuvo que ser Zígor, el guardamenta eibarrés, con dos buenas intervenciones, quien salvara los muebles para los suyos. El conjunto vasco, tirando de oficio, salió vivo de los minutos dulces de su rival y esperó su oportunidad sin correr riesgos.
Y dicha oportunidad se presentó. Tras un ataque del Eibar, Diego Calzado sacó rápido buscando la contra, pero dos jugadores culturalistas se hicieron un lío con el balón que, recuperado por los visitantes, acabaría en la portería leonesa tras un centro preciso y un cabezazo inapelable de Cuevas. A pesar de los cambios, la Cultu careció de capacidad de reacción y fue progresivamente asumiendo su suerte, al mismo tiempo que los espectadores iban enmudeciendo. En las postrimerías del encuentro, Mena lograría marcar, aunque el tanto nunca subió al marcador, tras ser anulada la jugada por falta previa de Viola. Al final, más allá del resultado, hubo que lamentar un hecho aún más triste: la muerte de un veterano espectador que se desvaneció en la grada minutos antes de comenzar el partido. A poco que cambien las cosas, nuestra próxima crónica tendrá un tono más risueño.
domingo, 5 de septiembre de 2010
El Eibar se indigesta a la Cultural
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