jueves, 2 de septiembre de 2010

Bien, pero no

El Municipal de Guijuelo es un estadio familiar. Hinchas locales y visitantes se acomodan juntos, en la única grada existente, muy cerca de la línea lateral, encima de los jugadores, a los que casi se puede tocar y arengar, incluso, como si uno fuera el mismísimo entrenador. A juzgar por lo visto el domingo, el paisanaje se conduce por allí pacíficamente y muestra un desapego fuera de lo habitual, alabando y criticando a propios y ajenos sin distinción, seguramente poco acostumbrados a gambeteos y florituras. En este caluroso arranque liguero no vimos nada de lo uno ni de lo otro. Algo más abajo, a ras de césped, o algo que se le parece, unos pocos, apoyados sobre la barra separadora, presenciaban la contienda como si fueran las fiestas del pueblo y el encuentro lo disputara un puñado de mozos de la comarca.

Mediada la segunda mitad, Chema, el que fuera nuestro Chema, condujo el balón entre varios rivales, se hizo un espacio cerca de la frontal del área y disparó. Alto, por encima del larguero. Fue una de las acciones más vistosas de la tarde y alguien desde abajo, apoyado en la barra blanca, sentenció: "¡bien, pero no!", arrancando alguna risa entre sus vecinos. Podemos ahora robar el comentario y aplicárselo a la Cultural, aunque habría que advertir que estamos siendo benévolos. En defensa, el primer once de Monteagudo se mostró fiable y contundente, especialmente en la zona central, donde Santi Santos y Orlando cumplieron con su labor. Por delante de ellos, Cedric destacó por encima del resto de sus compañeros, mostrándose como un fajador incansable y un perro de presa intimidante, capaz de descargar el balón controlado con solvencia.

Hasta ahí, bien. Pero no, esta no es la Cultural de la que nos habían hablado en pretemporada. El balón no salió jugado desde atrás, ni hubo combinaciones en el centro del campo, ni se llegó por banda. Seamos optimistas, sin embargo, pues esto no ha hecho más que empezar y Guijuelo no era la plaza más indicada para ponerse a dar muletazos. Eso sí, lo que allí vimos, desgraciadamente, fue una sublime reedición del patadón y tente tieso tantas veces empleado la pasada campaña a las órdenes de Yosu Uribe. En la faceta ofensiva, no podemos hacer mención a ningún culturalista más allá de un par de disparos lejanos de Chema Mato que dejaron dolorido al guardamenta local.

A pesar de disfrutar de un mayor dominio territorial, el Guijuelo se mostró igualmente incapaz que la cultu a la hora de dominar la pelota. Para romper el empate inicial, sólo logro recordar dos situaciones que realmente pudieran haberlo logrado. La primera, un inocente penalti cometido por Marín y que el conjunto charro lanzó fuera; la segunda, la entrada de Chema, el único jugador capaz de marcharse de su par. Por desgracia para él, Alberto Monteagudo puso en el campo al espigado Martín y las carreras del exculturalista no lograron convertirse en un morboso titular el lunes en los diarios.

No hay comentarios: