domingo, 31 de enero de 2010

Omar y Roskam salen del banquillo para doblegar al Alavés

El partido no acababa de decantarse para ningún equipo, con las defensas superando a los ataques, cuando Yosu Uribe buscó un revulsivo en el banquillo. Y lo encontró; por partida doble, además. La grada volvió a corear su nombre, pero no fue Chema decisivo en esta ocasión, sino un jugador sorprendente, extremadamente joven para lo que se estila en la categoría y salido de la clandestinidad de la Tercera División: Omar. El chaval entró al campo con mayor decisión de lo que lo hizo en su debut y mostrando las mismas cualidades que ya entonces despertaron el interés de los aficionados. Sin su aparición, es posible que el Deportivo Alavés se hubiera llevado un punto de León, pero Omar desequilibró el encuentro a la velocidad de la luz.


En una de sus primeras intervenciones, sufrió una dura entrada a ras de césped que le costaría la expulsión al lateral izquierdo vitoriano. El colegiado, doble del célebre sueco Anders Frisk, no lo dudó. Minutos después, con la Cultural volcada, fue Omar quien colocó un pase medido por encima de los defensores visitantes para que, entrando desde atrás, Mateo Roskam colocara el balón en el fondo de las mallas. El delantero croata, que había entrado en sustitución de Chus Bravo, no pudo mejorar su actuación debido a una lesión producida instantes después en un choque con un rival y que, completados los tres cambios reglamentarios, devolvió la igualdad numérica al rectángulo de juego. El Alavés, sin embargo, no puedo igualar el tanteador y apenas inquietó la portería defendida por Saizar.

Antes de los cambios, durante la primera mitad, los locales ya parecían tener una idea de cómo explotar la delicada situación en la que llegaba el equipo vasco a León y su imperiosa necesidad de conseguir la victoria para acercarse a los puestos de play off. La cultu buscó balones largos a la espalda de la defensa alavesa y derrochó esfuerzo a la hora de defender su portería. Nadie controlaba el balón, aunque el conjunto blanquiazul estuvo a punto de adelantarse en los primeros minutos, tras un remate que golpeó en el larguero de Saizar y una buena cabalgada de Óscar Rico, a quien le faltó puntería para definir. La Cultural, aparte de esas dos acciones, no pasaba agobios y vio en la defensa adelantada de su rival una puerta abierta para llegar hasta las inmediaciones de Montero. En uno de esos balones largos, Alberto Suárez se quedó solo ante el guardameta del Alavés, pero su disparo a romper careció de la colocación necesaria para encontrar el gol.


La Cultural se había mostrado seria y aplicada en la primera parte y había aumentado su confianza con el paso de los minutos, hasta anular por completo a su rival. Durante el descanso, lamentando la sanción de Jito, una pregunta era formulada por los aficionados: ¿quién puede meter un gol esta tarde? La respuesta, inesperadamente, estaba en el banquillo.

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