Las televisiones montaban su dispositivo al mediodía, mientras los operarios municipales daban los últimos retoques tanto fuera como dentro del estadio. El Reino de León se vestía con sus mejores galas para acoger el partido de más repercusión en la historia reciente de la Cultural Leonesa. La visita del Barcelona pentacampeón paralizó la ciudad de León en ese 28 de Octubre para el recuerdo de miles de aficionados. Centenares de ellos se acercaron al aeropuerto y al Parador de San Marcos para estar cerca de Pep Guardiola y el resto de la expedición azulgrana, que comenzaban su defensa del título copero en la capital leonesa. La plantilla culturalista ha pasado del anonimato de la 2ªB al primer plano de la atención mediática en una horas de ensueño y, con ellos, toda una ciudad volcada con el acontecimiento. La enorme repercusión del fútbol en nuestra sociedad, no sé si justa o tan siquiera deseable, ha vuelto a obrar el milagro de situar a León en el mapa.
A pesar de las múltiples y significativas ausencias en el conjunto barcelonista, los aficionados locales disfrutaron de una fiesta memorable. Las instituciones aprovecharon para promocionar el aniversario del Reino de León, las peñas para desplegar sus pancartas y el ciudadano de a pie para acercarse al estadio y deleitarse con el presente y el futuro del mejor equipo del mundo enfrentándose a la Cultural. Porque los nuestros también han sido protagonistas. Jito, Saizar, Chema, Gorka, Mato y el resto se vieron las caras anoche con estrellas consagradas como Touré Yaya, Márquez, Keita, Busquets o Bojan. Y lograron dar una buena imagen. A pesar de la técnica exquisita y mayor experiencia de sus rivales, el conjunto leonés logró estar a la altura de las circunstancias durante muchos minutos del encuentro. En el ambiente flotaban las imágenes de la proeza lograda por otro modesto, el Alcorcón, en la noche del martes frente al Real Madrid, aunque la cruda realidad de la cultu actual no daba para mucho más de lo que se vio sobre el rectángulo de juego.
La constatación de la diferencia de nivel entre uno y otro equipo puede ilustrarse con una simple anécdota. Pasadas las 8 de la tarde, a poco menos de dos horas para el comienzo de la función, los jugadores locales hacían su entrada al estadio por la puerta que da acceso a las oficinas, caminando tranquilamente entre la marea de aficionados. A pocos metros de allí, la gente se agolpaba sobre las vallas que flanqueaban el acceso del autobús visitante a las instalaciones, con la esperanza de capturar algún saludo de los visitantes.
No merece la pena redactar la crónica de este partido cuando puede leerse la misma en multitud de medios, ver el vídeo con los goles de Pedro y ojear las fotografías. Me quedo simplemente con la esperanza de que el acontecimiento haya creado adeptos para la causa culturalista y el disfrute de haber estado con mi gente, para algunos de los cuales era la primera vez veían jugar a la cultu. Y también con el recuerdo de alguien que hubiera estado y que no lo pudo hacer porque una noche la vida se le fue en la carretera. Mi amigo Germán, apasionado del fútbol a más no poder, socio de fondo norte, culturalista desengañado, como tantos otros, y aficionado del Barça. Un desgraciado accidente le impidió ver la Copa de Europa de París, el triplete de este año, la fantástica temporada del equipo dirigido por Álvaro Cervera y los golazos de Jito. Le privó a él de este maravilloso Cultural - FC BArcelona y, lo que lamento por encima de todo, a nosotros de su amistad. Va por ti, Germán.
jueves, 29 de octubre de 2009
Va por ti, Germán
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario