lunes, 14 de febrero de 2011

La Real Sociedad arruina la fiesta en el último minuto

Las iniciativas recaudatorias por parte de las peñas en su afán por aliviar la situación económica de la plantilla culturalista tuvieron su punto culminante el pasado domingo en el Reino de León. Los aficionados pudieron entrar al campo a cambio de adquirir papeletas, al módico precio de un euro cada una, para el sorteo de unas motocicletas, teniendo en cuenta que los fondos obtenidos irían íntegramente a las manos de jugadores, cuerpo técnico y empleados del club. Afortunadamente y a pesar de lo desapacible del día en lo climatológico, la medida resultó un éxito y la presencia de público en las gradas fue notoria. Alrededor de 4000 personas, quizá más, se congregaron para echar una mano en lo económico y dar apoyo en lo estrictamente futbolístico a quienes siguen defendienco con bravura la camiseta culturalista. Lo que tenía pinta de convertirse en una bonita tarde para el recuerdo quedó emborronado en los últimos instantes del partido, cuando Illarramendi batía a Diego Calzado, igualando la contienda y evitando la que hubiera sido una merecida victoria del equipo leonés.

Consciente ya de la realidad de su plantilla y la situación en la que se va a desenvolver la Cultural de aquí a final de temporada, Alberto Monteagudo ha puesto en marcha el plan B: equipo replegado, solidez defensiva, salidas a la contra y balones a Viola. Sorprendió ver de inicio a la Real Sociedad B manejando la pelota y buscando combinaciones en campo contrario, mientras los leoneses, parapetados cerca de su propia área, esperaban sin prisa a recuperar la pelota. A pesar de combinar con corrección, el equipo donostiarra careció de profundidad y el planteamiento local a punto estuvo de dar frutos en dos zurdazos poderosos de Mena, el primero despejado por Mandaluniz, muy acertado durante toda la tarde, y el segundo perdido a centímetros de la escuadra. Para entonces, el público ya vibraba con las florituras de Quique de la Mota, los caracoleos de Vergara y las persecuciones policiacas de Martín Mantovani, reconociendo la entrega noble de sus muchachos antes que lamentarse por los errores que éstos cometieran.

Pero si la hinchada culturalista ha encontrado su mejor actitud como respuesta a la dramática situación que vive su club, también los futbolistas mostraron ayer una mayor capacidad para marcar al partido el ritmo más favorable a sus intereses. A pesar de la necesidad indisimulable de victoria, mantuvieron la sangre fría mostrada de inicio también en la segunda parte, atacando con orden y sin las precipitaciones de otras ocasiones, esperando el momento preciso para asestar el golpe. Hubo que esperar a la reanudación para que el filial realista diera muestras debilidad: Chema Mato, sustituto de Vergara, impuso la ley del más fuerte en la zona ancha y las dudas llegaron a la línea defensiva visitante. En una muestra más de su inteligencia sobre el césped, Mena utilizó sus últimas energías para culminar un contraataque y, tras recoger su propio rechace, fusilar sin contemplaciones al cancerbero rival.

Llegar al gol está siendo la misión imposible de cada partido esta temporada, no tanto por el número de ellos conseguidos, sino por la cantidad de oportunidades que suelen ser necesarias para alcanzar el objetivo. Pero en defensa las cosas tampoco han marchado bien y de ahí la delicada situación clasificatoria que vive el equipo. El míster culturalista colocó ayer a Martín en el lateral derecho y a Tomillo de central junto a Santi Santos, quedando Menéndez en la izquierda. Las sensaciones fueron buenas, ya que la Real Sociedad apenas inquietó a Calzado en dos jugadas aisladas, hasta el fatídico minuto 87, cuando el tanto de los filiales llevó la decepción al graderío, empañando las buenas sensaciones vividas durante toda la jornada. A pesar de lo descorazonador del marcador final, tanto afición como jugadores siguen demostrando que este club, más allá de la frialdad de los números, es más viable que nunca.

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