Dos empates y una derrota, ese es el bagaje que presenta la Cultural en el arranque del campeonato liguero. Con 2 puntos en su casillero, los llamados a ser nuevos ídolos de la afición leonesa sólo han cosechado mayor botín que Racing de Ferrol y Osasuna B, con quienes comparten las siempre ingratas posiciones de descenso. Esta situación clasificatoria, aunque anecdótica a estas alturas, no ha pasado desapercibida para el sector periodístico, con cuyas preguntas al respecto tuvo que lidiar Yosu Uribe ya en la rueda de prensa inmediatamente posterior al empate sin goles producido ante el Lemona.
Este blog siempre ha pretendido opinar desde la mesura y la racionalidad, si es que la razón puede tener algún lugar en el mundo del fútbol, claro. Y soy consciente de que todo nuevo proyecto, compuesto como este casi desde cero, necesita del paso de las semanas para asentarse y dar una medida aproximada de su potencial y sus posibilidades. Sería absurdo entrar ahora a discutir el quehacer de un entrenador que ha contado con poco tiempo y pocos recursos para la confección de la plantilla y que, por otra parte, llega con un currículum más que respetable.
Dicho esto, si tuviera que limitarme a lo visto frente al Lemona, llegaría a la conclusión de que la Cultural Leonesa se ha olvidado de contratar a un entrenador. Cómo explicar si no, que el equipo juegue a una cosa la primera parte y a otra totalmente opuesta en la segunda. Con Segovia tratando de llevar el peso organizativo del conjunto los primeros 45 minutos, los locales trataron de mantener el balón a ras de suelo, buscando combinar en corto, pero sin desmarques efectivos y con demasiada parsimonia. En la segunda mitad, y más aún tras la salida de Richar, la dirección de juego pasó a estar en los pies del guardameta, Saizar, que se dedicó a lanzar patadones apresurados en busca del área contraria, convirtiéndose el partido en un correcalles del que ninguno de los contendientes pudo obtener frutos. En ambas mitades, sin embargo, el único denominador común fue la falta de calidad, pues los jugadores no ejecutaron ninguna de las partituras con orden y acierto, sino más bien con desconcierto.
Tras estos dos primeros encuentros disputados en el Reino de León, la verdad es que no queda claro el estilo de juego que quiere implantar Yosu Uribe para la Cultural. Se intuye que ha de ser vivaz, valiente, con la victoria como único imperativo. Queda pendiente, eso sí, descubrir la manera de llegar a ella.
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