Las gargantas rugieron histéricas durante el tiempo de descuento, agónico e interminable, hasta que el colegiado puso con su silbato fin al sufrimiento culturalista. Los leoneses habían logrado resistir el obcecado asedio eibarrés y celebraban la consecución de una victoria por la que pocos hubieran apostado al inicio del partido. Las palmas de los espectadores, producto del alivio y la alegría a partes iguales, agradecieron el esfuerzo de sus jugadores, mientras que una sonora pitada dedicada al trío arbitral puso fin a una tarde de emociones fuertes.
Todo había empezado 2 horas antes, cuando el atleta leonés Sergio Sánchez, plata en los recientes Mundiales de Doha, pisaba el césped para ejecutar el saque de honor y recibir el reconocimiento de sus paisanos y también de los numerosos aficionados del Eibar que se dejaron ver en el Reino de León. Con el balón en juego, pronto se vio que la Cultural no iba a ser presa fácil para el segundo clasificado en su caza de la Ponferradina y la agresividad de los leoneses dejó su sello en la camiseta desgarrada de Añibarro, que tuvo que abandonar el rectángulo de juego unos instantes para ponerse una prenda de recambio.
Los locales, que comparecían con la baja de Jito por lesión, partieron con un 4-1-4-1 muy similar al empleado la pasada campaña por Cervera, con Chus Bravo de privote por delante de los centrales y Ferrán como hombre más adelantado. A pesar de las lógicas precauciones defensivas, los culturalistas acumularon hombres en área contraria con la esperanza de rematar un córner a su favor que, sin embargo, propició la primera gran ocasión del partido, pues la contra azulgrana acabó con el balón estrellándose en el poste de la portería defendida nuevamente por Diego Calzado.
El Eibar avisó, pero la Cultural no sería tan benévola con su adversario. Ferrán encontró las mallas de Zigor con un disparo colocado tras fenomenal jugada y mejor asistencia de Omar. La afición leonesa rugió desde ese momento y ya no abandonaría a su equipo hasta el final del partido. De manera un tanto inesperada, el conjunto vasco acusó el tanto encajado, cosa que aprovechó nuevamente Ferrán para escaparse por velocidad y duplicar la ventaja en el tanteador. Los tres mosqueteros de blanco: Ferrán, Omar y Denís, provocaban el pánico en sus defensores cada vez que se hacían con la pelota en campo contrario, mientras que atrás, Santi Santos y Tejedor no dudaban a la hora de despejar con contundencia.
La actuación de ambos conjuntos en la primera parte no se correspondía con la clasificación: el equipo con aspiración de ascenso estaba siendo superado por quienes luchan por la permanencia. Como era de esperar, la balanza se inclinó al lado opuesto en el segundo tiempo, aunque mucho más de lo que a la Cultural le interesaba. El Eibar se volcó sobre la portería de Diego Calzado con un fútbol muy simple, pero que creó grandes dificultades a la defensa local. Ya con la ventaja reducida al mínimo, Abel Segovia cayó dentro del área cuando encaraba al cancerbero rival, aunque el árbitro madrileño no consideró que hubiera nada punible en la jugada. El clamor en la grada se hizo entonces ensordecedor y el partido entró en la senda de lo heroico. La suerte, que en muchas otras tardes le había dado la espalda, ayer no empañó el gran esfuerzo culturalista.
lunes, 22 de marzo de 2010
Palmas y decibelios para derrotar al Eibar
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