La Cultural Leonesa toma aliento a costa del colista

En contra de lo afirmado por el dicho popular, la nieve que en las últimas fechas ha caído sobre la capital leonesa no está colmando precisamente de bondades la trayectoria de su equipo de fútbol. Tras dos salidas sin sumar puntos en la clasificación, el primer partido del año en el Reino de León era una ocasión ineludible para cortar la mala racha de resultados, gracias a la visita del Valladolid B, colista del grupo. Sin embargo, el juego ofrecido por la Cultural distó mucho del acostumbrado en esta campaña, tanto que sólo una excelente intervención de Bermúdez en el tiempo de descuento aseguró la victoria para el desdibujado conjunto local. Lo visto sobre el césped no invita al optimismo, pero sí supone un muy necesario respiro clasificatorio.


Los pupilos de Álvaro Cervera presentaron la única baja de Santi Santos con respecto a su once de gala. Desafortunadamente, la imagen ofrecida fue la de un equipo timorato y sin ideas. Intentaron dominar el balón, pero fueron los pucelanos quienes protagonizaron las primeras incursiones en área rival. Mediada la primera parte, el míster decidió variar el esquema y adelantó la posición de Chema, con la esperanza de lograr mayor presencia en zonas de remate. El pequeño jugador navarro mostró las ganas de cada domingo y se convirtió desde el principio en el mejor de los suyos y la única amenaza seria para la portería de Jiménez. Por desgracia, sus compañeros en vanguardia no rindieron al mismo nivel. El gol de Paixao, culminando una colada por banda izquierda, apenas modificó el decorado de un partido tan gris como el cielo leonés.

La nota más satisfactorio del encuentro, aparte de los tres puntos, fue recuperar la solidez defensiva, la que ha sido principal virtud de la cultu esta temporada. Durante la mayor parte del encuentro, el Valladolid fue incapaz de llevar la inquietud a las gradas. En los últimos instantes, con el público resignado a una victoria mínima, una falta esquinada acabó con el balón en el larguero de Bermúdez, antes de que el portero malagueño rechazara por bajo un remate visitante que podría haber cambiado el signo de un partido poco memorable.