En los círculos culturalistas, la semana pasada estuvo marcada por la extraña situación de Chema. La polémica llegó a los medios tras la ausencia del más emblemático de los integrantes de la plantilla frente al filial del Athletic y parece que una cláusula de renovación automática por número de partidos disputados es la causa del conflicto. El veterano carrilero sí disfrutó de minutos frente al Sestao y para él fue la mayor ovación de la mañana en el momento de saltar al terreno de juego, aunque el respetable ya se hubiera dejado oír en varias fases del partido,pidiendo la participación del futbolista y la dimisión de algunos elementos del consejo de administración.
Ya en la sala de prensa, Yosu Uribe se mostró evasivo y contrariado en el momento en el que llegaron las inevitables preguntas acerca de su jugador. Su intento de zanjar una polémica en la que su imagen pública se ha visto seriamente dañada tampoco resultó convincente, alegando unos problemas físicos que ni los servicios médicos del club ni el propio Chema consideran un impedimento para su presencia en el once titular. Seguramente, Uribe considera que los incidentes extradeportivos suponen un obstáculo para la buena marcha de su equipo; sin embargo, cada vez es mayor la sensación entre los socios de que el verdadero obstáculo con el que se enfrenta el club son sus propios dirigentes.
Las palabras del míster llegaban a través de la radio como si fueran el discurso de un político: confianza, optimismo... ¿Tenían los culturalistas motivos para el optimismo el domingo a la hora de la comida? Pues, puestos a ver el lado positivo, es innegable que el equipo dejó muchos detalles para la esperanza. La defensa, por ejemplo, si exceptuamos la total incompetencia que mostraron para quitarle la pelota a un oponente en el gol del Sestao, se mostró firme y expeditiva a lo largo y ancho del encuentro. Los mediocentros, tan denostados, aunque estuvieron desaparecidos en el primer tiempo, lograron después bajar la pelota al césped y moverla hacia el compañero mejor situado, no necesariamente el más alejado de la portería propia. Los hombres de banda deslumbraron con cabalgadas tremendas, eléctricos para desbordar a su par y poco precisos a la hora de colocar sus centros. Y Jito... realmente ya no necesita marcar ningún gol en lo que resta de temporada, su nombre ya forma parte de la historia.
De hecho, si nos decidimos a tomar un saludable y optimista punto de vista, tendremos irremediablemente que admitir que esta Cultural, si bien más desorganizada y vulnerable, es mucho más impredecible y entretenida de ver que la añorada versión de la temporada pasada. El horario matinal, por otra parte, no tuvo las perniciosas consecuencias que alguno auguraba, pues la afluencia de público fue tan escasa como en cualquiera de las últimas tardes, a cambio, eso sí, de disfrutar de una temperatura mucho más llevadera.
Estoy con Uribe cuando pide calma y paciencia. Un proyecto deportivo serio no se construye bajo el sueño de una noche de verano, ni puede un entrenador demostrar su verdadera valía en tan solo tres meses. Desgraciadamente, tras este revitalizante ejercicio de optimismo y el quinto empate en casa de la temporada, la cultu sigue estando una semana más en posición de descenso y con rivales de gran exigencia a la vuelta de la esquina.
martes, 24 de noviembre de 2009
Yosu Uribe conserva el optimismo
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