miércoles, 26 de septiembre de 2007

Papá, ¿por qué somos de la Cultu?

Si le dijera a mi papá que soy de la Cultural, lo más probable es que me repudiara o pensara que he retrocedido a la edad del pavo y tengo la enfermiza necesidad de llevarles la contraria a él y al sentido común. Pensándolo bien, el Atleti es cosa de niños comparado con la Cultu. Ningún otro equipo lleva más temporadas que nosotros en 2ªB, aspirando a un ascenso que se esfuma invariablemente años tras año. De hecho, al igual que les pasó a los colchoneros hace bien poco, últimamente el equipo parece disfrutar más deslizándose por las posiciones de descenso que por las de cabeza, amenazando con un patinazo que sería mortal de necesidad.



Si fuéramos por la calle preguntado a los leoneses de qué equipo son, es probable que muchos situaran a la Cultural en segundo lugar de sus preferencias, aunque muchos otros quizás ni llegaran a eso. En cuanto a los niños, no me extrañaría lo más mínimo que muchos ni siquiera supieran de su existencia. Y la verdad es que la trayectoria del equipo, a excepción de algunas machadas coperas, no invita precisamente a coleccionar recortes de periódico. El sentir del aficionado cazurro percibe al equipo de su tierra como al funcionario acomodado que sabe que nunca perderá su empleo, pero que jamás logrará promocionar.

Yo no he venido a tirar la primera piedra, desde luego. Es inevitable que un equipo sin éxitos resulte menos atractivo que otros por el mismo motivo que una chica poco agraciada tiene menos pretendientes (aunque esto último da la impresión de estar cambiando). Sin embargo, la grandeza del deporte no se limita a las gestas de repercusión internacional; la pasión que el fútbol provoca no se reduce a los aspirantes a conquistar la Champions League. La magia reside en el sentimiento de los que acuden al estadio presa de la esperanza o de los que escuchan la radio con la ilusión de que su equipo consiga aunque sólo sea el gol del honor.

Mi intención es demostrar que se puede disfrutar. Incluso con esta Cultu gafada, experta en la cantada y el jarro de agua fría. Y me queda toda una prometedora temporada por delante para conseguirlo.